Comenzamos la caminata por el bosque de secuoyas descendiendo por la senda y ya comenzamos a ver las primeras secuoyas a nuestra izquierda, con sus impresionantes troncos y una copa que nos impide ver enteramente el sol.

Las secuoyas, al ser de hoja perenne, tienen hojas durante todo el año. Las vistas tanto en horizontal como hacia arriba son espectaculares, y merece la pena pararse casi a cada paso para disfrutar del paseo.

El Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón está muy próximo a la localidad cántabra de Cabezón de la Sal. A tan sólo 15 km de la posada la Leyenda.

Las secuoyas se plantaron en Cantabria por necesidades industriales de la zona alrededor del año 1940, durante la época del franquismo. Se decidieron plantar 848 secuoyas en esta zona dada la rapidez con la que crecen estos árboles y así aprovechar la madera para la industria, de esta forma no sería necesario depender de materias primas exteriores.

Cuando crecieron ya no les interesó cortarlas y ahí se quedaron plantadas para que las disfrutemos nosotros 🙂 . ¡Menos mal! Porque actualmente es uno de los parajes más bonitos de Cantabria y el bosque fue declarado Monumento Natural.

El entorno no puede ser más peculiar. Y es que este bosque tiene secuoyas de hasta 40 metros de altura, y un perímetro de unos dos metros.

Las Secuoyas del Monte Cabezón son un “Espacio Natural Protegido”, declarado Monumento Natural, e incluido en la Red de Espacios Naturales Protegidos. Se trata de una plantación de 2,5 hectáreas de sequoia inhabituales en Cantabria y de las que en España únicamente existen pequeñas masas en estado seminatural, que fueron plantadas en los años 40 en nuestra región. No te pierdas los magníficos 848 ejemplares de esta especie, con una altura media de 36 metros y un perímetro medio de 1,6 metros.

 

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